- Alguna vez me amaste - La voz en el teléfono se quedó en silencio. Milena no sabía qué decir. Lo había amado, eso era verdad, pero también era su más grande arrepentimiento. Y decirlo en voz alta no parecía lo más gentil que decir. Sin importar lo mucho que él la había herido, no podía confesarle esa verdad. No podía herirlo de...