- Alguna vez me amaste - La voz en el teléfono se quedó en silencio. Milena no sabía qué decir. Lo había amado, eso era verdad, pero también era su más grande arrepentimiento. Y decirlo en voz alta no parecía lo más gentil que decir. Sin importar lo mucho que él la había herido, no podía confesarle esa verdad. No podía herirlo de esa manera. Después de todo todavia quería protegerlo.
- Por favor, di algo. ¿Me extrañas?
- No te entiendo. - Y eso era lo único que podía decir. Continuar la conversación la llevaría a las lágrimas, y a él eso no le gustaba.
- ¿Cómo estás? - Él parecía querer cambiar la situación, como si pudiera sentir que la persona al otro lado de la línea estaba a punto de cortar la llamada.
- Eso no te importa, y además no te quiero decir. - Dijo ella, con voz monótona, cansada de este nuevo ritual que consistía en llamarse y hacerse daño.
- Ya te pusiste de mamona. - Como siempre, ella era la grosera. No él, quien literalmente le había hecho pedazos el corazón. Porque si algo sabía, era que él jamás aceptaría que la nueva versión de Milena, esa que él tanto detestaba, era una consecuencia directa de las acciones que él tuvo con ella. Él y nadie más había creado esa versión, y esa versión, inevitablemente, solo existía cuando estaba él.
- Entonces no llames. - El tono en su voz no cambió, era su defensa.
- Sí, sí. Ya sé. Soy un pendejo. Ya. - Él ya estaba irritado, porque así era cada vez que hablaban. Pero seguían volviendo a llamar, seguían respondiendo.
- Pues ya, bye, ¿no? - Milena quería cortar la llamada porque estaba a punto de llorar, como siempre que él volvía.
- Te extraño. - Como siempre, cuando era tarde, ya en la madrugada.
- Duerme, sé que ya tienes sueño.
- No cuelgues, por favor. - Su voz sonaba cansada, Milena sabía que estaba a punto de dormir. - Te extraño, Mile, por favor, di que me extrañas. - Ella permaneció en silencio.
Ella estaba en su cama, con los ojos cerrados, pensando en él. Siguió escuchando un "te extraño" tras otro "te extraño" hasta que la voz se perdió en la oscuridad, pues él se había dormido. Su respiración en el teléfono, los pensamientos de ella, intentando entender, pero sin lograrlo. Jamás había podido entenderlo, y se lo había dicho en espera de que algún día le explicara, en espera de que algún día se disculpara. A sabiendas de que no iba a pasar, pero sin perder esa pequeña esperanza.
Te extraño. - Le dijo por última vez antes de colgar.
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Hola! Hace mucho no escribia fragmentos de libros jasjaaj ammm... No he dejado de escribir tbh pero ahora lo hago para mi, sin intencion de ser leída. La vida se ha tornado complicada en los ultimos años y no he estado en mis mejores momentos. Ayer recien, estuve leyendo cosas antiguas y siento que tenia talento pero lo deje morir xq no era feliz. No prometo volver pero realmente, queria escribir algo so... Aqui tienen.
Gracias!
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