El gran día
Allí estaba mi hermano, mirando a su novia, esos ojos llenos
de amor. Entonces ella dijo “Acepto”. Sus ojos no me miraron ni una sola vez
desde entonces. Tres años ya desde aquel día. Supongo que la perdí mucho antes
pero fue en su boda cuando finalmente lo acepte.
Aquí les dejo un secreto, aceptar algo no significa que
duele menos. El amor de mi vida había elegido a mi hermano, el chico bueno, el
que tenía una carrera y una vida brillante por venir. Yo suponía que las chicas
elegían a los chicos malos, al misterio. Hubiese dado lo que fuera porque ella
me eligiera a mí. Pero es una mentira que te cuentan en los
libros y películas, las chicas no eligen al bueno o al malo, eligen al que
aman. Yo fui su primer amor, una ilusión pero él, él era su todo.
Seré tío.
Pronto nacerá Miranda.
Una pequeña que no sabrá que pude haber sido su padre.
Una pequeña que algún día tomara su decisión.
Como lo hizo su madre.
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