Eran las 4 de la mañana y por primera vez en mucho tiempo me sentía realmente feliz. Tenía a mi lado a la persona más hermosa, a mi luz, mi ancla, mi futuro. Admiraba todo, desde su respiración profunda, sus ojos cerrados, cada lunar de su cuerpo y esa sensaión de paz. No me cabía en la cabeza. ¿Cómo había ocurrido esto? No sé qué hice para merecerme toda esa dicha. Pero en silencio, mientras dormías agradecí a la vida.
Agradecí por nosotros.
Los textos de esta sección son míos. |
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