Sebastián.
Dicen que perder al amor de tu
vida te rompe. No sé si eso sea cierto.
Sólo sé que quería ver a Maite feliz. Incluso si su felicidad era a lado del idiota de Manu. Maite era alegría disfrazada de pesimismo. Le encantaba decir que las cosas iban mal pero se emocionaba con cualquier pequeña cosa. Era tan dulce y tierna, su sonrisa iluminaba todo. Y yo, no pude evitar enamorarme. No creo que alguien pudiera resistirse a ella.
Sólo sé que quería ver a Maite feliz. Incluso si su felicidad era a lado del idiota de Manu. Maite era alegría disfrazada de pesimismo. Le encantaba decir que las cosas iban mal pero se emocionaba con cualquier pequeña cosa. Era tan dulce y tierna, su sonrisa iluminaba todo. Y yo, no pude evitar enamorarme. No creo que alguien pudiera resistirse a ella.
Este podría ser el fin pero a
diferencia de la última vez, yo no tenía la necesidad de estar con otras, de
beber para no recordarla, no quería ser ese desorden que había sido antes.
Simplemente quería darle su espacio y dejar que las cosas ocurrieran como
tenían que ocurrir.
Pasará lo que pasara, Maite me
había cambiado y para bien.
¡Gracias por leerme!
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